lunes, 14 de noviembre de 2016

CAZA ENMASCARADA

Hoy me siento algo crítico. La caza y sus valores cada vez están peores a ojos de una sociedad elitista. Nos encontramos una inmensa mayoría que la critica y nos critican, y ¿qué hacemos nosotros? huir, salvar distancias e intentar no pronunciarnos. Cada año son muchos los que unidos, hacemos una sentencia a favor de la caza, explicando nuestra percepción y colaborando con los organismos para limpiar tan ensuciada pasión. Y es que amigos, la caza, en muchas ocasiones, la ensuciamos nosotros, y a eso dedico estas palabras.
La caza, con el paso del tiempo ha ido cambiando, con un rumbo no descrito, sinuoso e inesperado. Camino inacabado el que ésta lleva, y que más que luz al final del tunel, son tinieblas y sombras, que nos toca a nosotros vencer, iluminar y tratar de hablar de caza con orgullo en la sociedad del mañana.
Los valores de la caza los han cambiado aquellos llamados tiradores. Cada vez somos menos los que vemos una pasión de tradición, donde la búsqueda incansable del animal no siempre conlleva un gran trofeo. Cazamos por el lance, por la adrenalina del acercamiento, por las emociones que nos produce el campo. La alta sociedad, que desafortunadamente es la cara de la moneda, no sabe lo que es una pisada, jamás vio el campo sin un arma en la mano ni llevo agua a los comederos cuando los meses de estío asolan los campos. Una caza enmascarada, marcada por el alardeo de grandes cabezas o colmillos, donde no se premia el lance. Y es que la principal diferencia entre cazadores y tiradores, está en colgar la escopeta o las botas cuando llega febrero. Se proclaman, gallardos, ante todas las personas alardeando de cazadores de élite, por esos "n" trofeos que decoran las paredes de su casa. Sin aprecio a la naturaleza más que llenarla de plomo.
Por suerte seguimos siendo muchos, los que a viva voz, entonamos unidos una proclama a favor de esta afición. No nos hace falta que la gente sepa todo lo que hacemos por la naturaleza. Parafraseando al gran Miguel Delibes "Somos ecologistas cazadores". Cazadores de empeño, de afición y casi de profesión, pues ahí nos dejamos la vida con tal de conservar nuestra amada natura.
Sin alargarme más, solo decir, que gracias a aquellos que luchan, que suerte para las siguientes jornadas, y que unidos la caza tiene un camino hacia buen puerto. 
Gracias por leer. 
Ignacio

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